viernes, 28 de septiembre de 2007

Palabras







Me siento un viejo escribiendo palabras de vida.

Debería estar corriendo o demostrando mi fortaleza adjunta a mi condición de macho, o tal vez ser un amigo de la rebeldía, de la llama juvenil, la pasión ciega de los irrenunciables ideales o solo un contemporáneo socio de la modernidad, de los altos y burdo-solemnes fines económicos.

Quizás debería renunciar al mundo, jamás bajo el amparo del abrigo de la muerte, si no al mundo concreto, y caminar de la mano de los sueños, amar por amar, vivir por vivir, soñar por soñar, cantar… solo por cantar. Negar toda aceptación razonada y velar por aquella que une a los corazones mas no los hombres.

Me obligaría a depurar el lenguaje, tener lentes con vidrio de alma y un espejo de luna, con colores meta-humanos para reflejar aquella sociedad que me invita a pensar en su progreso inanimado.

Podría volver a pensar en los políticos, entregar mis ideales a sus discursos y tejer redes mortales de verborreas corruptas, conseguiría descuentos en clubes nocturnos, centro de comidas, vestuario o armarías… quizás la tramitación adecuada seria entrar a una armería y comprar todas las armas del mundo.

Aun sigo escribiendo, y no se por donde empezar ¿abstraerme al universo para ser uno con el o avanzar al mundo y la casta?

martes, 25 de septiembre de 2007

Espera


El éxtasis retozón de la vida se suma a mis pies

Y el verso que tus esperas no llega ensimismado en el arte de los versos

Si pudiese tomar tus labios a la distancia, si pudiese besar tu mano escarchada

El ensimismado éxtasis y el verso retozón tomarían tu alma, la tomarían…


martes, 11 de septiembre de 2007

Carta a Bartolomeo John Lypton

He sentido miles de veces como el destino teje mi camino, y sin darme cuenta caigo entre sus hilos, he mirado cabizbajo como la vida se arranca de mi piel y mis fuerzas ya no son las de un joven explorador busca tesoros, pero si he forjado grandes espadas.
Los oros caen en mis manos, cada vez, que sostengo mi cercanía con el nuevo Loco.

Y se que tengo pruebas suficiente, para pensar que Ana no murió de la forma que todos creemos y que el suicidio de Holst fue inducido por una fuerza universal, de la que nuestras mortales mentes escapan de su comprensión.

Me sentí inquieto desde el momento en que comencé a escribir estas letras, mi corazón me invita a seguir adelante aunque mi cordura ruega que me detenga, siento sus pasos en la escalera y se como se acercan a mi escritorio, a pesar de la distancia, puedo sentir su putrefacto aliento, como sus garras rasgan las madera, y como su aura de muerte contagia mi cálido hogar…

No dejare de escribir hasta que mi cuerpo caiga, tembloroso y profanado, por aquel ser que por eones yació muerto pero soñando, se que alargué en vano mi poco tiempo, he trancado la puerta en un acto humano de supervivencia, y ahora siento como forcejea para entrar y tomar mi alma, devorarla y rejuvenecer…

Mi cuerpo comienza a temblar, pero estoy conciente que la muerte es solo el comienzo.
El símbolo que por eones encerró a Hapmetab, hoy dejará que mi ultima memoria no sea destruida…